Klokkengroep ‘s-Hertogenbosch es un grupo de más de 100 entusiastas de la relojería, desde expertos jubilados en fabricación hasta completos principiantes. Juntos compartimos la pasión por construir y restaurar relojes, a menudo diseñándolos y fabricándolos desde cero en nuestros talleres.
En junio de 2024, nos embarcamos en nuestro proyecto más ambicioso hasta la fecha: recrear el Reloj Barentsz, un reloj medieval con una historia extraordinaria. Para dar vida a esta pieza histórica, combinamos técnicas relojeras tradicionales con métodos de fabricación de vanguardia, incluido el corte de precisión por chorro de agua de Xometry.
Transmitir la artesanía: Un año de formación tradicional
Nuestra sociedad se dedica a preservar los conocimientos tradicionales de mecanizado y relojería mediante un programa de un año de duración. Las sesiones semanales combinan la teoría con la práctica, en la que los alumnos construyen un sencillo reloj de pesas a partir de materias primas como chapas de latón y varillas de acero. Este proyecto introduce técnicas esenciales como el tallado de engranajes, el taladrado de precisión y el montaje.
El taller está equipado con herramientas de alta precisión, incluidos tornos suizos Schaublin 102 VM, fresadoras Aciera F3 y tornos austriacos EMCO, lo que permite a los miembros dominar tanto los métodos de mecanizado tradicionales como los modernos.
Durante el programa de formación, los miembros crean un reloj accionado por pesas totalmente desde cero, utilizando chapas de latón para las ruedas y varillas de acero para los ejes y piñones. Este sencillo diseño introduce técnicas esenciales como el tallado de engranajes, el taladrado de precisión y el ensamblaje, formando una sólida base para abordar proyectos avanzados como el Reloj Barentsz.
La inspiración del proyecto del Reloj Barentsz
El Reloj Barentsz data de finales del siglo XVI y acompañó a Willem Barentsz en su expedición al Ártico. El reloj era uno de los muchos regalos elaborados destinados a altos funcionarios del Lejano Oriente. Sin embargo, la expedición fracasó cuando el barco de Barentsz, «De Witte Swaen» (El Cisne Blanco), quedó atrapado en el hielo cerca de Nova Zembla.
La tripulación soportó un duro invierno ártico en un refugio de madera, Het Behouden Huijs (La casa segura), construido con los restos del barco. El reloj fue abandonado cuando escaparon, y no fue hasta 1871 cuando un cazador nórdico lo redescubrió junto a los restos del refugio. El reloj, que ahora forma parte de la colección del Rijksmuseum de Ámsterdam, es un raro ejemplo de relojería medieval.
Recrear esta obra maestra de la historia no fue una empresa en solitario, sino un esfuerzo de colaboración en el que participaron varios miembros de la Sociedad Relojera. Cada participante aportó sus conocimientos y experiencia únicos, desde la investigación de métodos históricos hasta la adaptación de técnicas de fabricación modernas. Esta pasión colectiva y el trabajo en equipo fueron esenciales para devolver la vida al Reloj Barentsz.
Revelando los secretos del reloj de Barentsz
El Reloj Barentsz es un ejemplo excepcional de relojería medieval. A diferencia de muchos otros relojes históricos, nunca ha sido modernizado, conservando su diseño original. Cada uno de sus componentes se fabricó íntegramente en acero, utilizando intrincadas técnicas de forja en caliente que pusieron de manifiesto la excepcional habilidad de los herreros medievales.
Crear una rueda dentada única implicaba un proceso de varios pasos:
- Forjar una barra de perfil rectangular.
- Doblar la barra para formar un aro redondo.
- Soldadura en caliente del aro para formar un anillo cerrado.
- Marcado de 64 puntos de perforación para los dientes.
- Martillar los perfiles de los dientes en el aro al rojo vivo.
- Creación de una cruz de acero para los radios.
- Soldadura en caliente de la cruz de radios al aro de la rueda.
- Limado de los dientes a sus perfiles finales.
Estos métodos, aunque notables para su época, están fuera del alcance de la fabricación tradicional actual. Ninguna tecnología de fabricación tradicional actual puede aspirar a igualar estas habilidades de herrería medievales. Como estos métodos están muy lejos del alcance actual, algunos constructores de réplicas optan por ruedas de latón más fáciles de fabricar, que se popularizaron a mediados del siglo XVII.
El proceso: Combinación de técnicas antiguas y fabricación moderna
Para recrear las 48 ruedas dentadas de acero necesarias para los 8 ejemplares del Reloj Barentsz, nuestra sociedad recurrió al corte por chorro de agua, una técnica de fabricación moderna que se ajusta perfectamente a la intrincada artesanía del diseño original. Este método nos permitió reproducir las esquinas afiladas y los radios finos de las ruedas de acero con una precisión excepcional, manteniendo la integridad del material.
Al utilizar el corte por chorro de agua, evitamos la necesidad de un acabado adicional en los bordes cortados, dejando las ruedas listas para el tallado de engranajes y el mandrinado de precisión en nuestro taller. Esta perfecta integración de la tecnología moderna garantizó que las ruedas de acero conservaran el intrincado diseño y la autenticidad de sus homólogas medievales, rindiendo homenaje a la pericia de los artesanos originales y adoptando al mismo tiempo la eficiencia del siglo XXI.
Las réplicas resultantes son fascinantes no sólo desde el punto de vista relojero y de fabricación, sino también visualmente. Estos relojes dan una aproximación de la hora más que una precisión, con una exactitud diaria de una hora más o menos. Por ello, los relojes sólo tienen una aguja.
Explorando nuevos horizontes: El papel de la impresión 3D
La Sociedad Horológica mantiene un equilibrio constante entre el respeto por la artesanía tradicional y la apertura a la innovación moderna. Una de estas innovaciones es el uso de la impresión 3D, que se ha convertido en una herramienta inestimable para crear prototipos de componentes de relojes en plástico. Al obtener piezas impresas en 3D de alta calidad a través de Xometry, podremos probar los diseños de forma eficaz antes de pasar a la producción en metal. Este enfoque nos permite perfeccionar mecanismos intrincados, como los conjuntos de engranajes, con el mínimo desperdicio y coste.
De cara al futuro, vemos un gran potencial en la impresión 3D en metal para crear piezas muy complejas, como las jaulas de los tourbillones. Estos componentes, a menudo considerados la cumbre de la artesanía relojera, podrían abrir nuevas posibilidades para combinar la ingeniería de precisión con el diseño creativo en nuestros proyectos de relojería. Con los avanzados servicios de fabricación de Xometry, estamos bien posicionados para explorar estas posibilidades y seguir innovando en el campo de la relojería.
Los interesados en saber más sobre el Reloj Barentsz pueden consultar el libro de Cees Wijnberg «Het uurwerk van de Barentsz-expeditie 1596» (El reloj de la expedición Barentsz de 1596), que ofrece información detallada sobre su historia y consejos para construir una réplica. El libro está disponible en el Museo Zaanse Tijd.
Más información sobre el Reloj Barentsz y la obra de Cees Wijnberg aquí.
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